domingo, 19 de mayo de 2013

Capítulo 7


A la mañana siguiente, Sheila, Rebeca y Diana se levantaron con ganas de decir todo lo que tenían que decir, las daba igual perder la amistad con Miriam y Virginia, en todo este tiempo, se habían estado callando y ya no podían más. Sabían que Miriam y Virginia iban a hacer todo lo posible porque no siguieran con ellos, pero no estaban dispuestas a perder lo que parecía una buena y bonita amistad.

Miriam y Virginia, por su parte, no querían tener alguna relación posible con los que llamaban ellas los “sin nombre” y pondrían en una situación muy incómoda a las tres únicas verdaderas amigas que habían tenido.
Los chicos, sumergidos en su mundo no esperaban nada de lo que iba a ocurrir esa mañana con las chicas, sólo pensaban a dónde llevarlas esa tarde. David y Blas, vivían en un apartamento muy cerca del centro. Álvaro, Carlos y Dani, vivían en un apartamento más grande a cinco minutos del apartamento de Blas y David. Ellos, sin embargo, llevaban toda la vida juntos, sus padres eran muy amigos y ellos crecieron juntos, siendo muy amigos, queriéndose como hermanos, y nada ni nadie podría separarlos.

Llegaron las 11:00 y como siempre, Virginia y Miriam llegaban tarde. Cuando llegaron, la situación era distante hasta que Rebeca con una sonrisa en la cara dijo:

-          Bueno, y ¿qué es eso de lo que nos teníais que decir?
-          Parece mentira qué no lo sepáis… - Dijo Miriam muy distante.
-          ¿Nos vais a volver a repetir que esos cinco chicos no son de fiar, que no os caen bien y todo lo que se os ocurra, otra vez? No hemos venido para eso. – Dijo Diana
-          No, venimos a deciros que elijáis, ellos o nosotras. – Dijo Virginia desafiándolas.
-          ¿¡Cómo!? ¿Nos estáis dando a elegir entre vosotras o ellos? ¿Estamos tontos o qué pasa?, no lo entiendo. – Dijo Sheila
-          Lo que has oído, lo estamos diciendo completamente en serio. – Replicó Miriam
-          Ah, pues si sois capaces de hacernos eso porque no os caen bien, yo soy capaz de decir que me quedo con ellos antes que con dos supuestas amigas nuestras que lo único que han hecho es fastidiarnos. – Dijo Diana enfadada aunque sabía muy bien lo que hacía.
-          Una menos. ¿Y vosotras? – Dijo Virginia con una sonrisa irónica en la cara.
-          Yo paso de estar con gente así. Ahora mismo las despreciables sois vosotras. Adiós. – Dijo Rebeca mientras se levantaba muy furiosa.
-          Eso mismo digo yo, espero que luego no volváis pidiendo perdón. Espero que esta sea la última conversación que tengamos juntas. Y como les decíais ayer a los chicos: “a vosotras, ni agua” – Dijo Sheila imitándolas la voz.

Sheila, Rebeca y Diana se fueron muy furiosas a casa de Sheila. No se podían esperar que sus supuestas amigas las hubieran dicho eso después de todo lo que habían hecho por ellas. Lo tenían claro, no querían volver a saber algo de ellas. Mas felices que nunca, hablaron con los chicos por twitter sobre lo que iban a hacer por la tarde. Quedaron a las 17:00 en la puerta de la cafetería, aunque los chicos dijeron que iban a estar un poco antes porque tenían que ir a hacer unos recados por el centro. Miriam y Virginia vieron los tweets que se estuvieron mandando, y decidieron hacer una cosa que a las otras tres chicas no las iba a gustar y a los chicos tampoco.

Eran las 16:30, y en la puerta de la cafetería estaban Virginia y Miriam. Querían decirles un par de cosas a los chicos a los que ellas llamaban los “sin nombre”. Los chicos llegaron a las 16:45 y cuándo las vieron, las dijo David:

-          Anda, vosotras por aquí. Qué coincidencia ¿no? – Dijo David con ironía.
-          ¿Erais vosotras las que no nos queríais ver? Parece mentira. – Dijo Carlos entre risas.
-          ¿Acaso nos estáis siguiendo? – Dijo Dani.
-          Dejadnos en paz, sólo queremos advertiros de una cosa. – Dijo Miriam
-          Queremos deciros que cómo os volváis a acercar a nuestras amigas, os las veréis con nosotras y con alguien que no os gustaría conocer. – Dijo Virginia
-          Chicos, que nos están amenazando. – Dijo Álvaro riéndose.
-          Chicas, ni lo intentéis, sabemos todo lo que ha pasado y si no recuerdo mal, vuestras “amigas” os han dicho que no os querían volver a ver – Dijo Blas.
-          No, no recuerdas mal, pero si te has fijado bien aquí estáis vosotros y no ellas. – Dijo Miriam empujando a Blas.

David la cogió de los brazos y la dijo:

-          Mira, te estás equivocando de personas. Tened cuidado con lo que decís y hacéis. ¿Os queda claro?
-          ¡¡¡SUELTALA!!! – Gritó Virginia.

David la soltó y Dani dijo:
-          Cuando insultáis a uno, insultáis a los cinco. Dejaos de amenazas y preocuparos de vuestras vidas. Cómo os han dicho esta mañana, no quieren saber nada de vosotras. Iros de aquí y dejadnos tranquilos, mal educadas.
-          No, qué se queden y nos explique que narices hacen aquí. – Interrumpió Diana que habían visto la escena desde la esquina.

Se avecinaban problemas, y aunque la situación era muy incomoda; Rebeca, Diana y Sheila, cada minuto que pasaba estaban más seguras de la elección que habían tomado esa mañana.

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