domingo, 19 de mayo de 2013

Capítulo 18


Miriam llamó a Virginia, intentó dejar llorar pero la fue imposible hacerlo.
- ¿Virginia?
- Miriam, ¿que te ha pasado? ¿por qué lloras?
- Llevabas razón, todo lo que han hecho ha sido una broma. He sido una idiota.
- Te lo dije y no me quisiste hacer caso. Pero tranquila, no te preocupes, esta se la devolvemos. Ven a mi casa y hablamos.

Mientras tanto, Sheila y Blas acordaron no decir nada a los demás y pasaron una tarde de cine en casa de Sheila.
Los demás en la cafetería continuaron riéndose y pasándolo en grande aunque echaba de menos a Sheila y a Blas.
Al día siguiente, los ocho, quedaron en la bolera dónde se conocieron. Blas y Sheila intentaron mantenerse distantes para que los demás no sospecharan nada pero de vez en cuando, se daban un beso a escondidas. Ellos dos se lo estaban pasando en grande teniendo que esconderse de los demás para que no supieran nada. Cuándo acabaron las dos partidas en la bolera, se fueron a jugar al billar.
La gemelas se fueron a por bebidas con Carlos, Dani, David y Álvaro. Sheila y Blas, aprovecharon que se quedaron solos para darse esos mimos que tanto querían darse. A Álvaro, se le olvidó coger la cartera para pagar, y se volvió para cogerla. Cuando llegó, vio a Blas y Sheila darse un cariñoso beso. Sin creerlo, les dijo:
- ¿Acabo de ver un beso?
Sheila se puso roja y Blas comenzó a reírse. Álvaro insistió:
- Explicadme qué es lo que acabo de ver, pillines.
- Vale, sí. Estamos juntos. - Explicó Blas.
- Sí. - Dijo Sheila.
- Que bonito, ¿soy el único que lo sabe? - preguntó Álvaro.
- Si, ahora cuando vengan se lo decimos a los demás, no queremos que pase otra vez esto.
Sin darse cuenta, Carlos y David se habían acercado al ver que Álvaro tardaba.
- Álvaro, ¿has cogido ya la cartera? - preguntó David
- Sí, venga vamos a por las bebidas. - Contestó él.
- Y vosotros dos, ¿que hacéis? - preguntó Carlos
- Nada, venga iros que tengo sed. - Dijo Blas
- ¿A qué no te la traigo por exigente? - Se quejó Carlos.
Sheila se empezó a reir. No sabían que hacer ni como decírselo a los demás, lo único que tenían claro era que si seguían escondiéndolo, los demás se enterarían por si solos y eso no estaba bien. Mientras que estaban solos, hablaron sobre como decírselo a las chicas y a los demás.
Trajeron las bebidas, y cuando se sentaron, Álvaro, con una sonrisa malvada, dijo:
- Chicos, Blas y Sheila nos tienen que contar algo.
- Cabrón. - Dijo Blas.
- ¿Qué pasa? - Se asustó Rebeca.
- Tranquila Rebeca, no es nada malo, que expliquen todo. - Dijo Álvaro.
- Ale, ya sabéis, contadnos qué es lo que pasa - Dijo Dani.
Blas y Sheila se miraron, Blas suspiró y Sheila cogió de la barbilla a Bla sy le dio un tierno beso en los labios. Los demás se quedaron alucinados y no sabían que decir.
- El día del SPA, la dije que me gustaba y que quería estar con ella. Ella decidió pensárselo  y ayer, me llamó y fui a su casa. - Explicó Blas.
- ¡¿Cómo?! - Dijo Diana. - Pero ayer te fuiste al médico con tu madre.
- Si, bueno no, necesitaba pensar en todo lo que me había pasado con Blas y no sabia como decíroslo, por eso puse esa excusa. - Explicó Sheila
- Ah, entonces, ¿estáis juntos? - Preguntó David
- Si. Cuando ayer fui a su casa me dijo que ella también quería estar conmigo. Y aquí estamos, empezando una relación. - Dijo Blas
- Exacto. Y eso es todo. Antes cuándo ha venido Álvaro nos ha pillado y por eso quería que lo contásemos.- Explicó Sheila.
- ¡Aish que cuquis que sois los dos, dios mío! - Dijo muy contenta Diana.
- ¿Qué os parece? - Preguntó Álvaro.
- Muy bonito y no se hable más- Dijo Rebeca.
- ¿Y desde cuándo estáis juntos? - pregunto Carlos
- Desde ayer, lo acabo de decir. - Se quejó Blas.
- Coño, es que te explicas como el culo. Sheila, un consejo, no dejes que este esperpento lleve el mando en la relación. - Dijo Carlos.
- ¡Carlos! - Dijo Blas.
- ¿Qué pasa? Es la verdad, tú te explicas fatal, y eso en una pareja puede tener problemas. - Dijo Carlos
Sin poder evitarlo, todos comenzaron a reírse. Blas y Sheila se quitaron un peso de encima, ya no esconderían su relación.
Como todos y cada uno de los días que pasaban, disfrutaron los ocho juntos entre risas.

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