domingo, 19 de mayo de 2013

Capítulo 24

Blas y Sheila continuaron hablando por whatsapp:

Blas: Raro el qué?
Sheila: Raro que digan los dos el mismo día que cada uno ha estado con sus parejas, por decirlo de algún modo...
Blas: Parece pero no lo es...
Sheila: Pues a mí me da mala espina, no sé... Tienen algo entre los dos, te lo digo yo...
Blas: Y cómo puedes estar tan segura cariño?
Sheila: Porque el chico de Diana, Carmelo, es moreno y a ella siempre le han gustado rubios, estilo Carlos.
Blas: Y? Eso no tiene nada que ver, cariño...
Sheila: Ui que no...
Blas: Vale, y en el supuesto caso de que estuvieran juntos, cuándo se han visto a solas? yo que recuerde siempre hemos estado los demás...
Sheila: Hoy Diana a desaparecido por la tarde, según ella a estado con Carmelo.
Blas: Carlos no ha respondido nuestras llamadas hasta después de las 21:00 porque ha estado con Ana...
Sheila: Mira todo cuadra, Carmelo por Car de Carlos. Y Ana por Ana de Diana.
Blas: Puede que lleves razón...
Sheila: La llevo, yo iba pa trabajar en el FBI pero por vaguería me he quedao en profesora de guardería...
Blas: Buenos, pero no estamos seguros de nada, primero averiguamos si es verdad y luego ya veremos que hacemos...

Sheila, contenta por su descubrimiento, avisó a las chicas:
- Chicas, mañana nos vamos de celebración. No hagáis planes.
- ¿Por? - preguntó Rebeca.
- Carlos tiene una amiga con derecho a roce, se llama Ana y según Blas, dice que es muy guapa.
- ¡Ay, que guay! Así celebramos también lo de mi hermana - Dijo Rebeca
- Se lo he dicho a Blas y dice que perfecto, un dos por uno.
- Os juro que os mato, lo juro. - Dijo Diana.
Al día siguiente  por la tarde, se fueron los ocho al cine. Sheila y Blas observaban lo que hacían Carlos y Diana. Sheila, aseguraba que estaban juntos y Blas, se reía por la insistencia de su novia.
Una vez en la sala del cine, cuándo se sentaron en los sitios que les había tocado, Sheila le dijo a Blas:
- Ves, se han sentado juntos.
- Cariño, olvídate de ellos, que hagan lo que quieran.
- ¿Pero te has dado cuenta que llevo razón?
- Sheila, de verdad, si quieren tener algo que lo tengan. No me gusta cuándo te pones así, pareces una niña.
- Pues no voy a dejar el tema, lo tengo que averiguar.
- Joder, ¿vas a estar así toda la tarde? Si es así, yo me voy a mi casa. Sheila, ya son mayorcitos, que hagan lo que quieran. Pareces una niña celosa porque Diana tiene algo con Carlos. Yo me he enamorado de Sheila, la chica que tiene los pies en la tierra y no de Sheila la niña de 19 que pierde los papeles a la primera de cambio.
- Vale, lo siento. ¿Puedes repetir eso qué has dicho?
- ¿El qué? ¿Que me he enamorado?
- Eso mismo. Dilo otra vez.
- Me he enamorado.
- Y yo, cariño, y yo.
Sheila agarró de la barbilla a Blas y le dio un tierno y dulce beso en los labios.
Diana y Carlos estaban en el otro extremo, y susurrando para que nos los escucharan, Carlos dijo:
- No me gusta ese nombre, podrías haber puesto otro más bonito.
- Quería llamarte Eulogio, Segismundo o Eufrasio, pero opté por Carmelo, como mi vecino de la casa antigua.
Carlos no lo pudo evitar, soltó una carcajada y dijo:
- Joder Diana, en la que nos hemos metido.
- Te habrás metido tú con esa tal Ana, yo ayer con Carmelo disfruté mucho.
- Pues is te digo la verdad, Ana no estuvo a la altura.
- ¡Serás mamón! Pues ahora te apañas tú solito, Ana no quiere volver a verte.
- Era broma tonta. Ana, osea tú, estuviste genial.
Y procurando para que los demás no les viesen Carlos se acercó a Diana y la dio un dulce beso en los labios.

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