- Ves, ya lo decíamos nosotras, esos tipos no son de fiar.
- Ya, las dan plantón y ellas como tontas esperándoles. Anda y que les den. – Dijo Miriam
- Y luego si decimos algo nosotras somos las mal educadas, y ellos ¿qué? …
- Bueno, ellas ya se darán cuenta que no son de fiar. No pienso decirlas nada más. – Dijo muy seria Miriam que estaba harta de estar esperando.
A las 17:30, por fin llegaron los chicos. Blas dijo:
- Lo sentimos mucho por haber tardado tanto.
- Bueno lo importante es que estáis aquí ¿no? – Dijo Sheila.
Los chicos sonrieron y en ese momento aparecieron Virginia y Miriam. Rebeca, temiendo que las dos petardas dieran algo, dijo:
- Bueno, ¿nos vamos?
- Anda, si por fin han venido, ya es hora ¿no? – Dijo Miriam cabreada.
Rebeca, Diana y Sheila suspiraron, empezaba la guerra. Virginia sin poder callarse les dijo:
- Encima que venimos para daros una oportunidad sin juzgaros, y vais vosotros y llegáis media hora tarde. Nos tenéis aquí como unas imbéciles esperando a cinco tíos que ni si quiera conocemos. Ala, ya lo habéis conseguido, cinco chicas os están esperando para creeros importantes.
- Eso, ¿qué queréis de nosotras? – Dijo Miriam.
- Bueno chicas, ya estamos otra vez. Si han llegado tarde tendrán sus motivos. Han venido, están aquí y nos vamos a ir con ellos. Si vosotras dos no queréis ir, os volvéis a vuestra casa y punto. – Dijo Diana.
- No tranquilas chicas, llevan razón. Encima que aceptáis a quedar con nosotros sin conocernos de nada, vamos nosotros y legamos media hora tarde. – Dijo Álvaro
- La razón por la que llegamos tarde es porque hemos perdido el metro. Somos muy presumidos y nos gusta mirarnos mucho al espejo antes de salir de casa. – Dijo David
- No tenéis que pedir perdón. Ala, por haber llegado tarde os toca invitar a vosotros y estamos en paz. ¿Dónde vamos? - Dijo Sheila
- A un karaoke, ¿Os parece? – Dijo Blas
Se fueron al karaoke, por el camino, Miriam y Virginia se marginaron e iban ellas dos solas por detrás de todo el grupo. Diana, Rebeca y Sheila iban con los chicos, no se preocupaban lo más mínimo por Miriam y Virginia. Cuando llegaron al karaoke, las tres chicas y los chicos estuvieron de buen rollo pero Miriam y Virginia estaban con muy malas caras, esos cinco chicos no las daban razones para fiarse de ellos.
Diana, Rebeca, y Sheila, que empezaban a estar hasta las narices de sus dos amigas fueron hacia ellas y Diana dijo:
- Vamos a ver chicas, si vais a estar con malas caras, os vais. Parece mentira que seáis nuestras amigas.
- ¿Por qué dices eso? – Preguntó Miriam
- Porque si lo fuerais y os preocupáramos lo más mínimo, no estaríais con malas caras, y intentaríais meteros en el grupo. – Contestó Sheila
- Y a demás nosotras no os hemos obligado a venir. Ya somos bastante mayorcitas y yo, paso de seguir en ese juego de niñas que teníamos antes que solo éramos cinco y tampoco nos inmutábamos en conocer a gente nueva. – Dijo Rebeca
- Nosotras también. – Dijeron Diana y Sheila al unísono.
- Vale, pues muy bien. Yo pienso que las que no sois buenas amigas sois vosotras porque no nos hacéis caso, eso chicos no son buena gente. – Dijo Virginia
- ¿A caso les conoces para juzgarles? Os recuerdo que desde el primer día lleváis insultándoles, y los pobres se han quedado callados y no os han seguido el juego. – Dijo Diana alzando la voz.
Los chicos se acercaron hacia ellas y Álvaro dijo:
- Eh! No discutáis y menos por nosotros.
- ¿Qué os ha pasado? – Preguntó David
Diana y Rebeca suspiraron. Se lo pensaban contar todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario