domingo, 19 de mayo de 2013

Capítulo 5

Lo intentó Sheila, lo intentó Rebeca, lo intentó Diana, pero nada, los chicos no cogían el teléfono. Mientras que las tres chicas lo seguían intentado, Miriam y Virginia se fueron al baño. Virginia le dijo a Miriam:


-          Ves, ya lo decíamos nosotras, esos tipos no son de fiar.
-          Ya, las dan plantón y ellas como tontas esperándoles. Anda y que les den. – Dijo Miriam
-          Y luego si decimos algo nosotras somos las mal educadas, y ellos ¿qué? …
-          Bueno, ellas ya se darán cuenta que no son de fiar. No pienso decirlas nada más. – Dijo muy seria Miriam que estaba harta de estar esperando.

A las 17:30, por fin llegaron los chicos. Blas dijo:

-          Lo sentimos mucho por haber tardado tanto.
-          Bueno lo importante es que estáis aquí ¿no? – Dijo Sheila.

Los chicos sonrieron y en ese momento aparecieron Virginia y Miriam. Rebeca, temiendo que las dos petardas dieran algo, dijo:

-          Bueno, ¿nos vamos?
-          Anda, si por fin han venido, ya es hora ¿no? – Dijo Miriam cabreada.

Rebeca, Diana y Sheila suspiraron, empezaba la guerra. Virginia sin poder callarse les dijo:

-          Encima que venimos para daros una oportunidad sin juzgaros, y vais vosotros y llegáis media hora tarde. Nos tenéis aquí como unas imbéciles esperando a cinco tíos que ni si quiera conocemos. Ala, ya lo habéis conseguido, cinco chicas os están esperando para creeros importantes.
-          Eso, ¿qué queréis de nosotras? – Dijo Miriam.
-          Bueno chicas, ya estamos otra vez. Si han llegado tarde tendrán sus motivos. Han venido, están aquí y nos vamos a ir con ellos. Si vosotras dos no queréis ir, os volvéis a vuestra casa y punto. – Dijo Diana.
-          No tranquilas chicas, llevan razón. Encima que aceptáis a quedar con nosotros sin conocernos de nada, vamos nosotros y legamos media hora tarde. – Dijo Álvaro
-          La razón por la que llegamos tarde es porque hemos perdido el metro. Somos muy presumidos y nos gusta mirarnos mucho al espejo antes de salir de casa. – Dijo David
-          No tenéis que pedir perdón. Ala, por haber llegado tarde os toca invitar a vosotros y estamos en paz. ¿Dónde vamos? -  Dijo Sheila
-          A un karaoke, ¿Os parece? – Dijo Blas

Se fueron al karaoke, por el camino, Miriam y Virginia se marginaron e iban ellas dos solas por detrás de todo el grupo. Diana, Rebeca y Sheila iban con los chicos, no se preocupaban lo más mínimo por Miriam y Virginia. Cuando llegaron al karaoke, las tres chicas y los chicos estuvieron de buen rollo pero Miriam y Virginia estaban con muy malas caras, esos cinco chicos no las daban razones para fiarse de ellos.
Diana, Rebeca, y Sheila, que empezaban a estar hasta las narices de sus dos amigas fueron hacia ellas y Diana dijo:

-          Vamos a ver chicas, si vais a estar con malas caras, os vais. Parece mentira que seáis nuestras amigas.
-          ¿Por qué dices eso? – Preguntó Miriam
-          Porque si lo fuerais y os preocupáramos lo más mínimo, no estaríais con malas caras, y intentaríais meteros en el grupo. – Contestó Sheila
-          Y a demás nosotras no os hemos obligado a venir. Ya somos bastante mayorcitas y yo, paso de seguir en ese juego de niñas que teníamos antes que solo éramos cinco y tampoco nos inmutábamos en conocer a gente nueva. – Dijo Rebeca
-          Nosotras también. – Dijeron Diana y Sheila al unísono.
-          Vale, pues muy bien. Yo pienso que las que no sois buenas amigas sois vosotras porque no nos hacéis caso, eso chicos no son buena gente. – Dijo Virginia
-          ¿A caso les conoces para juzgarles? Os recuerdo que desde el primer día lleváis insultándoles, y los pobres se han quedado callados y no os han seguido el juego. – Dijo Diana alzando la voz.
Los chicos se acercaron hacia ellas y Álvaro dijo:

-          Eh! No discutáis y menos por nosotros.
-          ¿Qué os ha pasado? – Preguntó David

Diana y Rebeca suspiraron. Se lo pensaban contar todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario