Miriam y Virginia se acercaron muy cabreadas. Blas que se dio cuenta, avisó a las chicas:
- Cuidado que vienen.
Rebeca, Diana y Sheila, se dieron la vuelta y Rebeca dijo:
- ¿Qué queréis? ¿Más Coca-Cola?
- Veníamos con otras intenciones, y como no se os puede decir nada vais y nos dejáis en ridículo, ¿verdad? – Se quejó Miriam
- No, tranquilas, el ridículo lo hacéis vosotras todos los días, con y sin Coca-Cola por encima. – Contestó Álvaro
- Jo chicas, habéis sido muy crueles. – Se burló David
- Os habéis pasado chicas, ahora las tienen que bañar sus mamás. – Volvió a burlarse Dani.
Virginia, que no aguantaba más se abalanzó sobre David y le empujó, Miriam cogió del brazo a Sheila y la dijo:
- Mira niñatas, esta amistad la acabasteis vosotras por los subnormales estos, queremos hablar con vosotras.
Mientras que Sheila, Rebeca y Blas discutían con Miriam, los demás se quedaron discutiendo con Virginia:
- Mira guapa, si te metes con uno te metes con los ocho. Quisisteis que eligiéramos entre vosotras o ellos y así hicimos. Parece que no os a quedado claro que no queremos saber nada de vosotras. Olvidadnos. – La gritó Diana.
- Blah, blah, blah – Se burló Virginia.
- Sois vosotras las que provocáis, dejadnos en paz ¡PESADAS! – Dijo Álvaro.
Miriam le dijo a Virginia:
- Vir, vámonos, aquí sólo hay críos.
- Es imposible hablar con ellos – Contestó Virginia
- ¿Queréis hablar? Hablemos. – Dijo David.
Se sentaron todos juntos y empezaron a hablar:
- ¿Qué es lo que queréis? – preguntó Blas
- Contigo ni agua, moscorrofio. – Dijo Miriam.
- No empecemos que al final acabamos mal y sois vosotras las que habéis venido a hablar, ¿no? – Advirtió Rebeca.
- Sí, veníamos a pediros perdón por todo lo que os hemos hecho, no queríamos que nada de esto pasase. – Explicó Miriam
- Queremos haceros ver que quienes tenemos que estar a vuestro lado somos nosotras y no estos cinco panolis – Se quejó Virginia.
- ¿¡Cómo!? – Gritó Sheila
- Vamos a ver, nos distéis a elegir entre ellos o vosotras, os dijimos que ellos, cada vez que nos hemos encontrado por la calle os habéis puesto a molestar e insultar y ahora nos venís diciendo qué os perdonemos. No lo entiendo – Dijo Rebeca.
- Chicas, siempre hemos estado metidas en problemas por vosotras y ya no somos tan tontas de volver a caer en la misma trampa – Dijo Diana
- Pensadlo por favor, lo sentimos mucho. ¿Queréis volver a ser nuestras amigas?
…
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