- A ver, ellas se piensan que vosotros cinco no sois de fiar, que sólo nos queréis para hacer algo más que amistad.
- Pues claro qué no, ¿Por quiénes nos habéis tomado? – Preguntó Dani dirigiéndose a Miriam y Virginia.
- Mirad, a nosotras tres nos caéis genial, y nos habéis demostrado que sois buena gente, eso no quita que al principio nos parecierais unos descarados. Pero a lo que vamos, esta mañana hemos estado hablando con ellas y las hemos dicho que si no querían venir que no viniesen. Ellas han decidido venir, lo único que las pedimos es que no tengan esas malas caras y que no se marginen. – Dijo Rebeca.
- Si no quieren estar aquí que no estén pero que nos dejen a nosotras disfrutar de nuestras tardes de verano. – Dijo Sheila.
- Vale, si queréis nos vamos, pero seguimos pensando lo mismo. – Dijo Miriam levantándose muy furiosa.
- No, nosotras lo que queremos es poder estar los diez juntos, sin malos rollos. ¿Es tan difícil? Chicas, vamos a pasar a la universidad, tenemos 19 años, somos mayorcitas para andar con estos juegos de niñas. Estamos hartas que siempre hagan lo mismo. Llevan un montón de tiempo siendo así, y antes no eran unas bordes, y ellas lo saben. Llevamos salvándolas el culo mucho tiempo y ya nos hemos cansado.
- Así que pensáis eso, ¿no?, pues muy bien. Adiós. Mañana hablamos con vosotras cuando no estén estos personajes delante – Dijo Virginia cogiendo sus cosas y saliendo por la puerta.
- Adiós chicas. A vosotros ni agua, ojala no os vuelva a ver. – Dijo Miriam siguiendo a Virginia.
- ¡Pues los vas a tener que ver si quieres seguir quedando con nosotras! – Gritó Sheila.
Cuando Miriam y Virginia salieron del local, Carlos dijo:
- Chicas, en serio, no queremos que discutáis con vuestras amigas por nosotros. Lo sentimos.
- No discutimos por vosotros, discutimos por ellas, que ya estamos hartas que durante estos 6 años juntas hayan sido siempre así con la gente que se nos acercaba a nosotras. No nos han dejado tener la vida social que nosotras deseábamos tener. – Dijo Rebeca.
- Mi hermana lleva razón, llevamos desde pequeñas salvándolas el culo de los problemas que han tenido. Y sin embargo, ellas no han dado la cara por nosotras nunca. – Dijo Diana.
- Esto sólo ha sido una ayuda para poder decirlas todo lo que llevamos aguantando todo este tiempo, que no se lo hemos podido decir porque siempre estábamos preocupadas por ellas, por los problemas en los que se metían. No pidáis perdón, os tenemos que dar las gracias. – Dijo Sheila quitándose un peso de encima.
- Bueno, pero no queremos que perdáis una amistad de tanto tiempo. – Dijo Blas
- Si la perdemos, vosotros no tenéis la culpa, creednos. La culpa es de ellas, y a lo mejor así es cuando se dan cuenta de todo lo que hemos hecho por ellas que ellas no han sabido apreciar. Mañana hablaremos con ellas aunque nosotras queremos seguir viéndoos. – Dijo Rebeca.
- Nosotros también. – Dijo David.
Una buena y bonita amistad acababa de empezar entre Carlos, Álvaro, Dani, David, Blas, Rebeca, Sheila y Diana. La tarde continuó, ninguno se acordó de las dos chicas que habían estado fastidiando las dos tardes que pasaban juntos. Mientras que ellos se lo pasaban en grande, Miriam y Virginia estuvieron hablando por whatsapp de todo lo que había pasado:
Miriam: No puedo creer que prefieran a esos cinco tipejos antes que a nosotras. Se supone que somos sus amigas ¿no?
Virginia: Ya, yo a esos cinco sin nombre, lo siento pero no me los creo.
Miriam: No hace falta conocerles para saber que son unos aprovechados y unos insoportables. Ellas, sabrán lo que hacen.
Virginia: Eso es verdad, y encima nos echan en cara que siempre nos salvan el culo. Como dicen ellas ya somos mayores para saber lo que hacemos. Mañana las voy a dejar las cosas claras.
Miriam: Eso. Que elijan, si ellos o nosotras. Menos mal que no les vamos a ver esa cara que tienen.
Virginia: Jaja que razón tienes, buenos yo me voy ya, dilas que mañana a las 11 en mi casa.
Miriam: Ok! Descansa que mañana no espera un día largo.
Fue un gran día para Rebeca, Diana y Sheila junto a los cinco chicos que en poco tiempo se habían convertido en unos buenos amigos. Para ellos ellas eran unas chicas estupendas y no dudarían en seguir quedando con ellas. Los ocho no sabían que en tan poco tiempo cambiarían sus vidas y se harían tan buenos amigos. Sin embargo, Miriam y Virginia, después de todo lo que había pasado estaban decididas a decir a sus amigas que elijan entre ellas o los chicos, no pensaron que a lo mejor sus tres amigas estaban hartas de su comportamiento. Ellas dos se fueron a dormir con las cosas claras, sabiendo lo que se iban a jugar mañana. Rebeca, Sheila y Diana se fueron a dormir sin saber lo que les esperaba al día siguiente pero contentas por la tarde que habían pasado.
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