jueves, 30 de mayo de 2013

Capítulo 34

- Diana espera, ven. - Dijo Carlos
Diana se dio la vuelta y dijo:
- ¿Qué pasa?
Carlos agarró de la barbilla a Diana y susurrando dijo:
- Yo te he prometido que no va a pasar nada con nadie. ¿Me lo prometes tú también?
- Prometido.
Diana le dio un beso muy dulce y susurró:
- Te quiero.
Blas y Carlos se fueron.
El verano empezó mal para Diana y Sheila, pero poco a poco se iban acostumbrando. 
Álvaro y las tres chicas decidieron ir a pasar un día entero a la piscina que había en el barrio de las chicas. Después de comer, se tumbaron los cuatro a tomar el sol. De repente, escucharon que les decían:
- Mira quien tenemos aquí, las traidoras y uno de los moñigos.
Eran Miriam y Virginia. Diana sin poder evitarlo dijo:
- ¿Moñigo? Joder Miriam, esa palabra la utiliza mi primo de dos años.
- Diana, ¿nos ves que no ha madurado? No pierdas el tiempo. - Dijo Rebeca.
- ¿Os creéis guays? Faltan los otros cuarto moñigos, ¿dónde los habéis dejado? - preguntó Virginia
- ¿Te gusta alguno? Mira que Miriam ya sabe lo que pasó cuándo le gustaba Dani. ¿Verdad? - Dijo Sheila
- Iros a la mierda. - Dijo cabreada Miriam
- ¿Queríais algo? - Preguntó Diana.
- Pasábamos por aquí. ¿Os molesta? - Dijo Virginia
Álvaro, que aun no había dicho anda, dijo:
- Eh, perdonad, la carne de burra no se transparenta, Me tapáis el sol, apartaos.
Sheila y las gemelas comenzaron a reírse y Álvaro, dijo muy serio:
- A mí no me hace gracia, quiero ponerme moreno y estas dos figurantas no me dejan.
- ¿Te crees importante o algo? - preguntó Virginia
- Para ti, no me lo creo, lo soy. Aparta. - Pidió Álvaro.
Miriam, cabreada escupió a Álvaro. y él, se levantó, la cogió y la tiró a la piscina con la ropa. Virginia fue detrás intentando que la soltara pero desafortunadamente, cuándo Álvaro tiró a Miriam, cogió también a Virginia y también la tiró con ropa a la piscina. Álvaro volvió y se tumbó junto a las chicas que se estaban riendo a carcajadas. Miriam y Virginia salieron muy cabreadas de la piscina y dijeron:
- ¿Os hacemos un trato? Nos dais vuestra ropa seca y no decimos nada al de seguridad.
- No es nuestra culpa que os hayáis caído al agua. Adiós. - Dijo Rebeca.
Miriam y Virginia se fueron muy cabreadas a hablar con el de seguridad. Rebeca y Diana se levantaron corriendo y Sheila dijo a Álvaro:
- Álvaro mueve el culo, vayámonos. Este cabrón de seguridad nos tiene fichadas.
- Venga, luego te explicamos todo. Deprisa, mueve el culo tan bonito que tienes. - Dijo Rebeca
Álvaro se levantó y recogiendo dijo:
- ¿Te gusta?
- ¿El qué? - preguntó Rebeca
- Mi precioso trasero.
- Sí, muy bonito.
- Pues no dejo que lo toques.
- Ah ¿no? Pues toma. - Dijo ella dándole en el culo para que se moviera.
Los cuatro acabaron de recoger y justo cuándo iban a irse, aparecieron Miriam y Virginia con el de seguridad. Los cuatro empezaron a correr seguidos por el de seguridad. Consiguieron salir antes de que los pillaran y decidieron ir a casa de las chicas.
Cuándo llegaron Álvaro preguntó:
- ¿Por que me habéis hecho correr?
- Cuándo eramos pequeñas, este era el hijo de el hombre que estaba de seguridad. Le conocíamos por el mote el "amargado" porque siempre iba quejándose por algo. Cómo eramos muy traviesas, un día le encerramos en un cuarto que hay y ahora qué está él de seguridad, no nos deja hacer nada. - Dijo Sheila.
- Siempre nos mira mal y el año pasado, antes de conoceros a vosotros, fuimos a la piscina un poco borrachas, y nos echó diciendo: "cómo os vuelva a ver por aquí y hagáis algo malo, os echo" - Dijo Diana imitando la voz del hombre.
- Sois malas ¿eh? - Dijo Álvaro
- ¿Nosotras? - Dijo entre risas Rebeca.
- Sí. Vais de niñas buenas y adorables pero sois muy malas. - Dijo Álvaro.
- Puede ser. - Dijo Diana
Los cuatro comenzaron a reírse, al fin y al cabo se lo habían pasado bien. Tras un rato hablando, Sheila dijo:
- Voy a llamar a Blas, ahora vengo.
Blas y ella estuvieron un rato hablando, se querían mucho, y tenían claro que querían seguir juntos. ¿Ocurriría algo que se lo impidiese? ¿Cuánto iba a durar esa relación?

martes, 28 de mayo de 2013

Capítulo 33

Carlos agarró de la cintura a Diana, le atrajo hacia él y la besó apasionadamente.
- Nadie podría haberlo descrito mejor. - Dijo David
Diana abrazó a Carlos y le preguntó al oído:
- ¿No necesitabas tiempo? ¿Qué haces?
- Ya no, te necesito. Te quiero, ¿entendido?
Diana le besó, volvían a estar juntos. La tarde continuaba, cuándo regresó Rebeca, y dijo:
- ¿Habéis aprendido?
- Si, nos lo has enseñado muy bien. - Dijo Dani.
- ¿Le habrás pedido el número de su móvil no? - Preguntó Diana
- Que va, no me gustaba, le olía la boca. 
Todos comenzaron a reírse a carcajadas. Álvaro, con una sonrisa, dijo:
- Oye, por cierto, queda poco para verano, ¿cuáles van a ser los planes?
- Dani y yo nos vamos a Granada con nuestras familias, este año han coincidido. - Dijo David
- Yo me voy a Murcia, con mi familia. - Explicó Blas
- Y yo a Alicante. - Añadió Carlos.
- Joder, ¿entonces nos quedamos nosotras y Álvaro no? - Dijo Rebeca
- Sí, pero yo quiero hablar con Sheila a solas. - Dijo Blas - ¿puedes venir?
Sheila se levantó y se fue a hablar con él.
- ¿Qué pasa?
- Es sobre lo de Murcia.
- Sí, ¿qué pasa?
- Que me voy los dos meses y medio de verano. no voy a estar en Madrid hasta septiembre. 
- ¿Tanto tiempo? ¿Y que vamos a hacer?
- No sé, pero yo necesito estar con mi familia, últimamente les he visto muy poco.
- Te entiendo. ¿Cuándo os vais?
- No lo sé aún. Pero te llamaré todos los días, ¿vale?
- ¿Tipo película?
- Sí pero mejor.
Sheila, intentando asimilar aquello, abrazó a Blas y volvieron con los demás. En ese momento, Carlos le dijo a Diana:
- Hay un problemilla.
- ¿Cuál?
- Me voy todo el verano a Alicante. 
- ¿Los dos meses y medio? ¿Tanto?
- Si, es por mi familia.
- Ah, vale. Sólo te pediré una cosa.
- ¿Cuál?
- Que me serás fiel, que no pasará nada con nadie.
- Prometido. Te quiero.
Carlos besó a Diana dándole las gracias por entenderlo.
- Oye chicos, ¿y por qué os vinisteis tan jóvenes a vivir a Madrid?
- Por los estudios, nos conocíamos gracias a un verano que coincidieron nuestras familias en Ibiza, y luego dio la casualidad que coincidimos en las misma universidad. Y aquí estamos cómo hermanos. - Explicó Álvaro
- ¿Hace cuánto? - Preguntó Sheila.
- Yo tenía 7 años. - Dijo Blas
- O sea, hace 11 años, porque ahora tienes 18. - Pensó Diana en alto.
- Cierto, ¿y vosotras? - preguntó David
- Desde la guardería. - Dijo Diana.

Llegó el verano y a su vez llegaron las despedidas. David y Dani, se fueron a Granada, las chicas y Álvaro se quedaban en Madrid y Blas y Carlos se iban.
Diana y Sheila les acompañaron a la RENFE antes de que se fueran. Se quedaron en la puerta, y aunque las costó asumir que se despedían durante dos meses de sus novios, no quisieron alargar más ese mal momento.
Blas y Carlos entraron y las dos chicas se dieron la vuelta para volver a casa. Carlos, se dio la vuelta y dijo:
- Diana, espera. ven un momento.

jueves, 23 de mayo de 2013

Capítulo 32

Carlos: Amigos? Pensé que eramos algo más
Diana: Sí, amigos. Siempre lo hemos sido.
Carlos: Entonces estas semanas no han sido nada para ti?
Diana: Estas semanas? Claro que si. Te recuerdo que eres tú el que necesita tiempo porque cuándo le besó Mónica tuvo dudas.
Carlos: El culpable soy yo no?
Diana: No. Querías tiempo y te lo he dado. Es lo que querías no?
Carlos: Sí, pero me has dicho una cosa que me ha jodido.
Diana: El que?
Carlos: Que a lo mejor cuándo yo tomara una decisión tú no ibas a estar ahí.
Diana: Y qué quieres que te diga? Que tomes la decisión que tomes voy a estar esperándote? Lo siento pero no, no voy a ser una gilipollas, que espera a que tu decisión sea estar conmigo para que luego no sea así.
Carlos: Entonces no has sentido nada conmigo?
Diana: Sí he sentido, el que no lo ha hecho has sido tú, que a la mínima de cambio no está seguro de nuestra relación.
Carlos: Quieres decir que esto se ha acabado?
Diana: Tú quieres que se acabe?
Carlos: Por eso te he pedido tiempo,para asegurarme que no quiero que acabe esto. Tú?
Diana: Yo no quiero que acabe, pero si tú decides que lo mejor sea eso, se acabará... todo depende de ti.
Carlos: Si digo que esto no se acaba, seguirás ahí?
Diana: No lo sé... Querías algo más?
Carlos: No...
Diana: Ok! Mañana os llamamos para ver dónde vamos va?
Carlos: Vale
Al día siguiente, Blas y Sheila se fueron al hospital y los demás fueron a un bar de copas a tomar algo. 
Cuándo llegaron la bar, David, Álvaro y Dani hicieron una apuesta, tenían que ligarse a alguna camarera que les gustase y quien no lo consiguiera, invitaba a una ronda de chupitos. El primero en intentarlo fue David. Se acercó a la barra y le dijo a la camarera rubia:
- Hola guapa
- ¿Qué querías? Espera que tomo nota. - Dijo ella.
- Te dejo elegir, ¿qué quieres que tome?
- ¿Intentas ligar conmigo?
- ¿Lo preguntas porque quieres que lo haga?
- ¿Y tú? ¿Lo preguntas porque lo estás haciendo?
- ¿Yo? Si fueran todas tan guapas cómo tú, sería mi deporte favorito.
La camarera le enseño la mano y David mirándola dijo:
- Preciosa y perfecta para pasear contigo dados de la mano por el parque.
- Me alagan tus piropos, pero no sé si habrás visto el anillo. Llevo dos años casada. Deja de ligar conmigo anda.
David, muerto de la vergüenza dijo:
- Lo siento.
- No te preocupes, me ha pasado más veces.  Si te sirve de consuelo, con ese acento andaluz seguro que te ligas a cualquiera. Si no estuviera casada, me hubieras tenido a tus pies.
- Gracias.
David volvió con los demás, les contó lo que le dijo la camarera e invitó a la ronda de chupitos. El siguiente en intentarlo fue Álvaro, se acercó a la barra y le dijo una de las camareras.
- Hola guapo, ¿qué te pongo?
- Para empezar, dos chupitos, uno para ti y el otro para mi.
- ¿Para mi?
- Sí, quiero celebrar que te acabo de conocer. 
- ¿Me estás vacilando?
- No, ángeles cómo tú no se conocen todos los días.
- Mira guapo, si quieres ligar, lo haces con las muchachas que hay en el bar, no con la camareras. Ahora, largo.
Álvaro, cabizbajo, fue con los demás, invitó a la ronda de chupitos. Dani, fue el siguiente, y tras diez minutos hablando con ella, le dijo que no quería nada con él.
 - Sois unos fracasados, vaya tres "hermanos" que tengo. - Dijo Carlos.
- Observarme a mí y aprended. - Dijo Rebeca levantándose.
- ¿Qué va a hacer?
- Mira y aprende. Mi hermana tiene un don para ligar. - Dijo Diana
Rebeca llegó a la barra y le dijo a uno de los camareros:
- Oye guapo, ¿me das un pajita?
 - Claro, aquí tienes. ¿Quieres algo más?
- Sí, unos ojos tan bonitos como los tuyos o un novio que los tenga así.
Rebeca y el camarero empezaron a hablar. Diana se fue al baño, y los demás observaron a Rebeca y al camarero. Al poco tiempo observaron que Rebeca y el camarero se acercaban y se besaban. En ese momento llegó Diana y dijo:
- Mierdas, me lo he perdido. ¿Cómo ha sido el beso?
- Así - Dijo Carlos
Carlos la cogió de la cintura, la atrajo hacia él y la besó apasionadamente.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Capítulo 31

- Lo primero de todo, yo no quería que pasase nada. Hemos estado hablando y me ha confesado que sentía algo por mí y me ha besado. Sé que después de lo que te voy a decir ahora, van a venir lo insultos, pero si me lo callo, jamás me lo perdonarás. Cuándo me ha besado, he sentido dudas, ese beso me hizo sentir algo. Me preguntó también que si estaba seguro de mi relación contigo, y pensándolo bien, no lo estoy. Necesito tiempo para pensar en todo esto. Lo siento, Diana, sé que soy un gilipollas.
Diana suspiró y dijo:
- O sea, ¿no ha pasado nada pero cuando te ha besado has sentido algo y te ha hecho dudar? Necesitas tiempo para pensar, te lo voy a dar. Pero, ¿dónde quedó la frase "doy ese paso junto a ti y los que hagan falta"?
- Joder, Diana, entiéndeme.
- Yo te he dejado hablar, ahora me toca a mí y a ti escuchar. No me da la gana entenderte, me siento gilipollas,y si no sintiera nada por ti, ahora mismo te daría un guantazo. ¿sabes qué? Cómo ya te he dicho, vas a tener ese tiempo.
- Gracias
- Gracias no, porque a lo mejor cuándo pase ese tiempo y tomes una decisión, yo no voy a estar ahí.
Diana se levantó y se fue dando un portazo. Cuándo llegó se encerró en su habitación y sin poder evitarlo, comenzó a llorar. Carlos, sin embargo en su casa, no paró de pensar en Mónica y a la vez en Diana. Cuándo Mónica le besó y le confesó que sentía algo por él, sintió algo por ella. Era guapa, la conocía desde hace mucho y siempre se habían llevado bien, pero algo en su interior le dijo que no.
- Diana, ¿qué te pasa? - preguntó Rebeca
- Carlos quedó ayer con Mónica, la muy zorra le besó y Carlos tuvo dudas, dice que necesita tiempo para pensar.
- Joder, dale tiempo, seguro que acaba volviendo a ti.
- Me da igual si vuelve o no, voy a demostrarle que sé vivir sin él y que no estoy mal.
- Así se habla.
- Avisa a Sheila, nos vamos de compras.
Las tres chicas se arreglaron y se fueron toda la tarde de compras. Después de un magnífica tarde las tres juntas, decidieron volver a casa. Habían puesto los móviles en silencio y cuándo llegaron a casa, Sheila vio que su madre la había estado llamando. Marco el número y la llamó:
- ¿Qué querías? He estado de compras y no he estado muy pendiente del móvil y no me he enterado.
- Han llevado a Sergio al hospital. Estamos esperando a que nos digan algo.
Sheila escuchó atenta lo que le decía su madre y cuándo colgó, muy preocupada dijo:
- Chicas, me voy al hospital, han llevado a Sergio.
 - ¿Por qué? ¿Qué le ha pasado? - Preguntó Rebeca
- Vamos contigo y nos cuentas por el camino. - Dijo Diana
Las chicas se fueron al hospital y media hora más tarde salió el médico y dijo.
- Sergio está bien, necesita reposo. Le hemos hecho pruebas y no le hemos visto nada de qué preocuparse. Cuándo se cayó de la bici se dio un fuerte golpe en la cabeza y perdió el conocimiento. Queremos dejarle varios días en observación para ir controlándole. Con la caída, se rompió el tobillo y se torció la muñeca.
- ¿Podemos pasar a verle? - preguntó la madre de Sheila.
Los padres y Sheila entraron a verle y cuándo Sheila salió dijo:
- Chicas, se van a quedar mis padres hoy con él, mañana vengo yo.
Las tres chicas se fueron a casa y cuándo llegaron, Sheila llamó a Blas:
- Cariño, mañana al final no podemos vernos.
- ¿Y eso?
- Han llevado a mi hermano pequeño al hospital y mañana quiero ir a verle y estar con él.
- Vale, pues mañana vamos al hospital.
- Blas, si no quieres no hace falta, de verdad.
- Pero es que quiero acompañarte, mañana te paso a buscar temprano y nos vamos, ¿vale?
- Vale, gracias cariño.
Diana con las prisas del hospital y todo no había mirado el móvil. Cuándo lo miró, vio varias llamadas perdidas de Carlos y varios whatsapp:
Carlos: Diana se que estas enfadada pero por favor cógeme el teléfono. Aunque sea sólo escúchame.
Diana le contestó:
Diana: Dime, no he estado pendiente de el móvil, lo siento.
Carlos: Estas enfadada?
Diana: Yo? por?
Carlos: Por lo de hoy, lo siento.
Diana: No me gusta enfadarme. recuerda qué somos amigos.
Carlos: Amigos? Pensaba que eramos algo más...

martes, 21 de mayo de 2013

Capítulo 30

- Este es Sergio , el hermano de Manu - Dijo Carmen señalando la foto.
- ¿Y quién es Manu? - preguntó Sheila
Carmen buscó la foto y se la enseñó. La miraron atentamente, no era él, no era Manu. Entonces, ¿cómo se conocían Manu, Virginia y Miriam? Se quedaron un rato hablando con carmen y después se fueron a la cafetería de siempre. Allí decidieron no querer volver a saber nada de ellos y pasar del tema. 
Varias semanas después, una tarde en la que Carlos estaba aburrido en su casa, le llamaron al móvil, era Mónica.
- ¿Carlos?
- Hola, ¿qué querías?
- Tengo que contarte algo, ¿puedo ir hoy a tu casa?
- No que la tengo muy desordenada. Me visto y voy yo a la tuya.
- Vale.
Carlos se empezó a vestir y en ese momento le volvieron a llamar y pensando que sería Mónica, dijo:
- Dime Mónica, en nada estoy allí.
- ¿Mónica? Carlos, soy Diana.
- Ui Diana, lo siento.
- ¿Mónica?
- Sí es que me ha llamado porque tiene que hablar conmigo y voy ahora a su casa. ¿Qué querías?
- Hablar con mi novio, pero veo que ya tiene planes y le doy igual.
- Diana, no te enfades.
- Pásalo bien con ella, adiós.
Diana colgó y Carlos tras un suspiro la volvió a llamar:
- Di, no te enfades, escúchame, no va a pasar nada entre ella y yo, créeme.
- Sí, me enfado porque te llamo y me equivocas con Mónica y descubro que tienes planes con ella.
- ¿Y qué hay de malo? Te he dicho que no va a pasar nada.
- Ya claro
- ¿Te enfadas?
- Sí, adiós.
Diana volvió a colgar y Carlos, en voz alta dijo:
- Soy gilipollas, sólo se cagarla.
Carlos decidió ir a hablar con Mónica y luego intentar solucionarlo con Diana. Cuándo llegó, Mónica y él estuvieron un rato hablando y cómo veía que Mónica no decía anda sobre la conversación de antes, preguntó:
¿Qué querías hablar conmigo?
- Desde tu cumpleaños no he dejado de pensar en ti.
- ¿Ah sí? Pero, ¿en plan amigos o en plan sexual?
- Plan para tener una pareja contigo.
- Lo siento, estoy con Diana.
 - Pero, ¿estás seguro de tu relación con ella?
- ¿Por qué me preguntas eso?
- Contesta, se sincero, por favor.
- Nunca me lo he planteado y puede que no esté seguro de estar con ella.
Mónica se fue acercando poco a poco y le besó. Carlos no se apartó, se quedó bloqueado. Cuándo por fin reaccionó, dijo:
- ¿Que haces?
- Besarte, me encanta tu sabor.
- Pues hoy no me he lavado los dientes así que no lo vuelvas a hacer.
- ¿Me estás vacilando?
- No, es verdad. Se me ha olvidado lavarme los dientes.
- Carlos en serio, te doy la oportunidad de que dejes a Diana y intentes algo conmigo.
- Mira, puede que no esté seguro de estar con Diana pero no la pienso dejar, ¿entendido?
- Pues vete de mi casa
- ¿Me echas?
- Ahá, si no quieres nada, adiós.
Carlos pensativo se fue a su casa. Cuándo llegó llamó a Diana:
- ¿Diana?
- Si vas a decirme que has tenido algo con ella, suéltalo ya.
- Ven mañana por la mañana a a casa y lo hablamos, por favor.
- Ok
A la mañana siguiente Diana fue a casa de Carlos, los dos se saludaron con un beso muy seco y Diana dijo:
- Venga dilo ya.
- Escúchame por favor, déjame hablar y luego tomas la decisión que quieras.
- Pff, vale.

domingo, 19 de mayo de 2013

Capítulo 29

- ¿Qué idea? - Preguntó Rebeca
Blas empezó a reírse, se esperaba cualquier cosa de Sheila.
- ¿De qué te ríes? - preguntó Sheila
- De ti, que pareces la investigadora del FBI - Explicó él.
- ¿A sí? Pues vete a la mierda. - Dijo Sheila
- No te enfades tonta, dame un beso anda... 
Sheila, le dio un dulce beso y Álvaro, rompiendo el momento romántico, dijo:
- A ver parejita, a lo que vamos, ¿Qué idea has tenido?
- Podemos averiguar sin son primos o no - dijo Sheila
- ¿Cómo? - Preguntó Diana
- Sabéis que Carmen nos tenía mucho cariño, que para ella eramos como sus nietas.
- ¿Quién es Carmen? - preguntó Carlos.
- La abuela de Virginia. - Explicó Diana.
- Para nosotras era cómo una segunda abuela, os conoce desde que nacimos - Dijo Rebeca.
- Pongo la mano en el fuego y no me quemo, seguro que Carmen no sabe lo que nos ha pasado con Virginia - Dijo Sheila
- ¿Y qué tiene que ver Carmen en todo esto? - preguntó Diana
- Podemos ir a su casa, fingir que vamos a visitarla y le sonsacamos si Manu es su nieto o no.
- ¿Crees que va a cola? - preguntó Rebeca
- Habrá que intentarlo, lo más seguro es que Virginia no vaya a visitarla. 
Varios días después, las chicas fueron a casa de Carmen, la abuela de Virginia. Los cinco chicos también fueron pero se quedaron en la plaza que había al lado de la casa de Carmen. Ellos se sentaron en una mesa que había, y Carlos sacó una gorra y unas gafas de sol y se las puso.
- Carlos, ¿qué haces? - Preguntó Dani
- ¿Por qué te pones eso? - Preguntó Álvaro.
- Porque no quiero que nos descubran.
- ¿Pero quien nos va a descubrir? Ni que fuéramos investigadores de estos que contratan las señoras para espiar a sus maridos por si les ponen los cuernos. - Dijo David
- Lo he visto en las películas, cuándo estemos distraídos nos va a ver alguien, va a sospechar y nos descubrirán a los ocho. - Explicó Carlos
- Carlos, no veas más películas, te afectan mucho. Cómo te vean a ti así si que van a sospechar, y con razón. - Dijo Blas.
Carlos no se quitó ni la gorra ni las gafas y a los demás les hacía mucha gracia verle así.
Mientras tanto, las tres chicas hablaban tranquilamente con Carmen. Ella estaba muy contenta de verlas y de que hubieran ido a verla. 
- Carmen, ¿qué tal va todo? - preguntó Rebeca
- Todo bien, ya sabéis, tengo mis achaques pero sigo igual de bien. ¿Y vosotras?
- Nosotras muy bien- Dijo Diana
- ¿Y Miriam y mi nieta? 
- Hace tiempo que no nos vemos, pero seguro que están bien. - Dijo Sheila
- ¿Y que tal los novios? Venga contadme
Diana y Sheila comenzaron a reírse. 
- Yo llevo siete meses con él - Explicó Sheila
- ¿ Y no me lo presentas?
- Otro día le traigo - Dijo Sheila
- Yo llevo unos cuántos días con él, estamos empezando - Dijo Diana
- Yo de momento nada - Dijo Rebeca.
- Quiero conocerlos, así que ya sabéis, un días los traéis
- Están ahí abajo en la plaza, con tres amigos más - Dijo Rebeca.
- ¿Y no han subido? Esperadme aquí.
Carmen se levató fue hacia la terraza, se asomó y  dijo:
- ¡MOZOS! SUBID, ESTÁIS INVITADOS.
Los cinco chicos extrañados, subieron. Estuvieron un buen rato hablando con la abuela de Virginia y se reían un montón con las locuras de Carmen. 
- Os voy a enseñar a mis nietos, veréis que monos. - Dijo Carmen
Se levantó y fue a por los álbumes de fotos. Estuvo enseñándoles todas las fotos y ellos comprobaron que tenía un nieto que se llamaba Manu.
- Carmen, tráenos fotos modernas, y así puedo mirar a alguno para ligarmelo - Dijo Rebeca.
Ninguno de los demás dijo nada sobre lo que acaba de decir Rebeca, sabían que lo decía por comprobar si era Manu o no.
Carmen enseñó varias fotos y dijo:
- Mirad, este es mi nieto el que se lleva mejor con Virginia.
Todos miraron atentos la foto, ¿era Manu?

Capítulo 28

Carlos miró a Diana y preguntó:
- ¿Puedo hablar contigo?
Los demás les dejaron solos y Carlos dijo:
-¿Estas bien?
- No, son muchas cosas en poco tiempo.
- Por lo de Manu no te preocupes, me encargaré deque no se acerque a ti, y por las otras dos tampoco.
- Gracias.
Carlos abrazó a Diana y sintió que se le caía el mundo encima al verla así. Ella le miró y dijo:
- ¿Es verdad eso que le has dicho a Manu?
- ¿El qué?
- ¿Que te estas pillando por mí?
- No lo sé, no sé que siento. Estoy confuso.
Se produjo un silencio.
- Carlos, lo siento. Quiero que se acabe este juego. No quiero verte con Mónica. Ayer no te hice caso y por eso me pasó lo de Manu. - dijo Diana.
-No lo sientas, de verdad.
- Sí, lo siento. Desde el día de año nuevo me he comportado como una idiota, sin querer admitir que desde aquel beso no he dejado de pensar en ti.
- Diana, no es hora de lamentarse. Dijiste que lo que pasó iba a traer problemas y así ha sido. Y puede ser verdad que cada día me gustes más, pero si eso va a separarnos , sintiéndolo mucho, me olvidaré de mis sentimientos y haré como si no hubiera pasado nada entre nosotros.
Carlos se levantó y se dirigió hacia la puerta.
-¡Carlos! ¡Espera! Creo que me toca ser sincera contigo, te lo mereces.
- Dime... - dijo él dirigiéndose al sofá.
Diana suspiró y cogió aire, la tocaba decir todo lo que sentía.
- Carlos, desde aquel beso no dejo de pensar en ti. No quiero ser simplemente tu amiga, quiero poder susurrarte al oído un te quiero. Lo de Manu y lo que ha pasado me ha servido para darme cuenta de que, a día de hoy, eres tú el que ocupa mi cabeza. Mis sentimiento cada vez van a más. Por primera vez dejo mi pasado atrás, doy un paso adelante y quiero que ese paso sea junto a ti.
- Joder Diana, que bonito. Pero, ¿estás segura?
- No estoy segura de nada. Pero si hoy no te digo que te quiero, puede que me equivoque y en un futuro no me lo perdone a mi misma.
- Diana, tu ya sabes lo que siento.
- ¿Eso significa un sí?
- Significa que doy ese paso junto a ti y los que hagan falta.
Cada uno había dejado su orgullo a un lado y confesaron lo que sentían. A Diana se le dibujó su primera sonrisa desde lo que pasó con Manu. Se acercaron poco a poco y se fundieron en un dulce beso cargado de amor.
Los demás, en los sofás de los billares hablaron sobre todo lo que acababa de pasar. Carlos y Diana entraron de la mano y se acercaron dónde estaban los demás. Carlos, muy serio dijo:
- Ni una sola broma, qué os conozco.
- ¿De qué habláis? - preguntó Diana.
- De nada, bueno sí, de la nueva parejita. - Dijo Blas.
- Oye, por cierto, si Carlos está con Diana y Blas está con Sheila, la única soltera es Rebeca ¿no? - Preguntó David.
- ¡Me pido pares! - Dijo Dani
- No, mejor a piedra, papel o tijeras. - Dijo Álvaro.
- ¿Qué hacéis? - Preguntó Rebeca
- Somos tres y tú solo una. Habrá que sortearte, a no ser que nos quieras a los tres a la vez. - Explicó David.
- Iros a la mierda, que no soy ningún juguete - Dijo Rebeca.
Todos comenzaron a reírse, volvían a ser los mismos de antes.
-¿Pero cómo se conocen Miriam, Virginia y Manu? - Preguntó Sheila
- Ni idea, pero lo que han hecho merece una venganza. - Dijo Rebeca.- Hay que averiguar cómo se conocen, es imposible. Además cuándo aun eramos sus amigas no se llevaban bien con vosotros y no pudieron conocer a Manu. - Dijo Sheila.
- Yo de vez en cuándo quedaba con él, lo sabéis. pero no creo que fueran capaces de seguirme porque aún no habíamos hecho nada. - Dijo Carlos
- Ellas eran capaces pero no tenían razones para hacerlo. A lo mejor te vieron con él y ya le conocían de antes. - Intervino Diana
- ¿Pero cómo le van a conocer de antes? - Preguntó Blas.
- Yo creo que si las conocía de antes, debía tener mucha confianza con ellas para hacer lo que han hecho. - Dijo Dani
- Y más que confianza - dijo David
- ¿Qué quieres decir? - preguntó Álvaro - ¿qué ha tenido algo con alguna?
- No creo, ellas no han estado con demasiados chicos que digamos... - Dijo Sheila
- No me refiero a eso, para defenderlas ha sido capaz de forzar a Diana sin preocuparle lo más mínimo las consecuencias que eso conllevara. Más que una relación amorosa, yo diría una relación familiar. Tienen que ser familia. - Explicó David
- Ellas eran hijas únicas, y si hubieran tenido hermanos los conoceríamos. - Dijo Rebeca
- Seguramente tengan primos - Dijo dani
- Miriam y su madre no tienen trato con ellos, así que si es primero de alguna de las dos lo más seguro es que sea de Virginia. - Explicó Diana
Todos se quedaron en silencio, pensando. Sheila, con una sonrisa malvada dijo:
- Tengo una idea...

Capítulo 27

Diana entre lágrimas explicó a las chicas lo que había pasado con Manu y pidió por favor que no dijeran anda a nadie, no quería llamar a la policía porque no llegó a nada más.
- Bueno, Diana tranquilízate, ese tipejo no se va a volver a acercar a ti. - Dijo Sheila
- Necesitas descansar, vayámonos a dormir. - Dijo Rebeca.
Las chicas se fueron a dormir, estuvieron toda la mañana descansando. Cuándo se levantaron, Diana estaba triste, apagada, sin ganas de nada. Sheila, se acercó hasta ella, la abrazó y la dijo:
- Diana, no estés mal, ese tío no va a conseguir borrar esa preciosa sonrisa de tu cara.
- No estoy mal por eso. Fue un mal rato, y trataré de olvidarlo, lo de Manu fue el detonante para llorar.
-¿Por qué dices eso?
- Porque yo cuándo me fui a casa con Manu no me quitaba de la cabeza a Carlos. Me siento incomoda sabiendo que Manu me metiera mano, pero para eso ya tengo solución.
- ¿Qué piensas hacer?
- Si alguna vez le veo, qué espero que no pase nunca más, sonreiré y le demostraré que soy más fuerte que él, que la ha cagado conmigo.
- Me parece muy bien, ¿pero para qué le pediste que te acompañase a casa?
- Para no venirme sola y sabía que él aceptaría. Pero en ningún momento me quité de la cabeza a Carlos, me siento mal.
- ¿Por?
- Porque me molesta saber que puede haber pasado algo entre Mónica y él.
- ¿Te has pillado, verdad?
- Sí.
Al día siguiente, Álvaro llamó a Rebeca:
- Rebeca, ¿esta tarde tenéis planes?
- No, ¿por?
- Nos vamos al local que hay al lado de los billares, ¿os venís?
- Sí, mi hermana necesita despejarse.
- ¿Qué la ha pasado?
- Nada, una historia larga.
- OK. Por cierto, me ha dicho Carlos que también vienen Mónica y Manu, que él quería ver a Diana.
- ¿Quién quería ver a mi hermana?
- Manu.
- Maldito cabrón. Que ni se le ocurra acercarse.
- ¿Qué ha pasado?
- Ayer forzó a mi hermana. Diana no quería nada con él y la agarró, la besó y la metió mano.
- ¿Manu?
- El mismo.
- ¿Y cómo está tu hermana?
- Mal pero no por lo de Manu, si no por lo de Carlos. Lo de Manu la da igual, cuándo le vea no va a huir. Y dice que si vuelve a hacerla lo mismo, se va a cagar. Pero por favor no digas nada a los demás, no quiere que nadie lo sepa.
- Vale, tranquila. ¿Os venís?
- Vale.
A las 17:00 habían quedado en la puerta del local, y allí estaban los ocho esperando a Mónica y Manu. Diana no sabía nada de que iba a ir Manu. Carlos, avisó:
- Por cierto, Mónica al final no puede venir.
- ¿Iba a venir?
- Sí, y Manu también.
- ¿¡Cómo!?
- Tranquila, Diana. No se va a acercar a ti, por lo menos yo no le dejaré, ¿entendido? Demuestrale lo que me dijiste ayer. - Dijo Sheila
- ¿Qué te pasa? - preguntó Blas
Diana, Rebeca y Sheila les contaron toda la historia y antes de que pudieran reaccionar, apareció Manu.
- ¿Tienes valor de presentarte aquí, y encima con esa sonrisa?- Dijo Rebeca
- Vaya, creo que les has contado lo de ayer. Pensaba que era un secreto entre los dos, cariño. - Dijo Manu acariciando la barbilla de Diana.
- No me toques cabronazo. - Respondió Diana - Me vuelves a tocar y no me va a temblar el pulso para llamar a la policía.
- No fue para tanto, los dos queríamos, y tú disfrutaste. - Volvió a decir Manu.
Diana empezó a llorar y Sheila la abrazó. Carlos, le empujó y le pegó un puñetazo.
- ¡ERES UN HIJO DE PUTA! NI SE TE OCURRA VOLVER A ACERCARTE A DIANA, ¡TE QUEDA CLARO?
Álvaro y David agarraron a Carlos y le separaron de Manu.
- Vete con Mónica anda. ¿Por qué te interesas ahora por Diana? Ayer estabas muy acarameladito con Mónica. - Respondió Manu
Carlos se enfadó aun más y separándose de los chicos le volvió a dar un puñetazo y GRITÓ:
-  MÓNICA ES SÓLO UNA AMIGA, Y SI TANTO TE INTERESA SABER PORQUÉ ME PREOCUPO POR DIANA ES PORQUE ME IMPORTA Y LA QUIERO, ¿ENTENDIDO?
Y AHORA LARGO, NO QUIERO VOLVER A VERTE.
- Ahora vas de machito, ¿no?
- Mira, te voy a decir una última cosa. Puede que la haya cagado con Diana, pero es mi vida y a ti no te interesa. Me arrepiento de haberla cagado, pero por lo menos no la he forzado ni he tenido el valor de destrozarla la vida. Quiero advertirte una cosa, cómo vea que te acercas a la chica de la que me he pillado cómo un idiota, te enteras. Y ahora, largo. Adiós.
- Ya me avisaron Miriam y Virginia, que no sois buena gente, que tuviese cuidado con vosotros. Gracias a mí, han podido devolveros lo que le hicisteis a Miriam. - Dijo Manu.
- ¿¡CÓMO!? - Gritó Álvaro cogiéndole de la camiseta.
- La venganza se sirve fría, ¿no lo sabíais?
David hecho una furia, le empujó contra la pared, y le dijo:
- No sé cómo las conocerás pero has jodido la vida de Diana y esto no se va a quedar así, así que dile a tus amiguitas que tengan el valor de presentarse aquí, y que digan todo lo que tiene que decir.
David sin poder contenerse, le pegó otro puñetazo en la cara y dijo:
- Me da igual todo, si tengo que destrozarte la vida, no tengo problema en hacerlo. Ahora, nos vas a explicar todo.
- Parecías buen chaval ¿sabes? Ahora mismo, das asco. - Dijo Dani
Manu, dolorido por los puñetazos que le habían dado, se escapó de los brazos de David y dijo:
- Me voy, no tengo nada más que decir.
Manu se fue corriendo y los demás se quedaron alucinados. ¿Miriam y Virginia tenían que ver en todo esto?
- Esto no va a quedar así. - Dijo Álvaro
- Es un cabrón. - Dijo Dani.
Carlos, ajeno a todo, miró a Diana que estaba abrazada a su hermana Rebeca y dijo:
- Diana, ¿necesito hablar contigo? ¿Puedes venir y hablamos a solas?