Capítulo 16

Sheila prefirió no decirles la verdad a las chicas, necesitaba pensar y si se lo decía a las gemelas se preocuparían. Quería tomar una decisión respecto a lo de Blas, cada vez que le veía sentía algo que nunca había sentido por alguien, pero por el contrario tenía un miedo terrible a perderle como amigo si algo salía mal.
Blas, ajeno a que Sheila no fue con los demás, se quedó en su casa porque no se encontraba muy bien. No tenía ganas de hacer nada, pero no paraba de pensar en la chica de la que estaba casi enamorado. Quería llamarla y decirla de una vez por todas que la quería a su lado, pero no quería agobiarla.
Sheila decidió llamar a Blas.
- Hola.
- ¿Sheila? - preguntó Blas.
- ¿Puedes hablar?
- Claro, dime.
-Necesito hablar contigo, pero prefiero que sea en persona  ¿Puedes venir a mi casa en un rato?
- Pero, ¿no estás con los demás?
- No, quería quedarme en casa. ¿Tú tampoco has ido?
- No, esta mañana no me encontraba muy bien y prefería quedarme.
- Ah vale, ¿puedes venir?
- ¿A dónde?
-Al circo, no te fastidia. A mi casa, Blas.
- Ah vale, pues me arreglo un poco  y ahora voy. ¿Estás sola no?
- Sí, mi madre se ha ido.
- Vale, ahora nos vemos.
Cuando colgaron, cada uno se fue directo al armario a elegir algo perfecto para al ocasión. Sheila no quería recibirle en pijama y con pelos de loca. Blas quería ir arreglado, ya que sabía lo que iba a pasar.
Blas llegó a casa de Sheila y después de rato hablando, Sheila no aguantó más y dijo:
- Blas, ¿te acuerdas de lo que me dijiste que yo tenía que pensar?
- Sí.
- Ya he tomado una decisión.
- ¿Y? Espera, antes de todo, decidas lo que decidas esta amistad no se acabará.
- Blas, que no me has pedido matrimonio, no te pongas tan serio.
Los dos rieron.
- Vale. ¿Cuál ha sido la decisión? - preguntó Blas.
Sheila se quedó callada, le miró a los ojos, se fue acercando poco a poco a él. Blas sin poder aguantar más dijo:
- Contesta...
Sheila le cojió de la barbilla y dijo:
- Me encantas, quiero estar contigo...
Y le dio un beso muy dulce.