lunes, 8 de julio de 2013

Capítulo 47

Las chicas, nerviosas, agarraron las maletas y se fueron hacia el aeropuerto. Tenían la esperanza de que esas dos semanas fuesen las mejores de sus vidas, pero algo las decía que no, que pasaría algo que les molestase y acabaran mal las vacaciones. Al llegar al aeropuerto, se quedaron pálidas, no sabían cómo reaccionar, ¿qué hacían allí Miriam y Virginia? Se acercaron hasta ellas, y Rebeca dijo:
- ¿Qué hacéis aquí?
- Lo mismo que vosotras. - Dijo Virginia
- Nos vamos con vosotras a esquiar. - Dijo Miriam
- ¿Cómo? Nadie os ha invitado. Fue nuestro abuelo el que nos lo consiguió. - Dijo Diana.
- Ya, pero la buena de tu madre, qué al parecer no sabe nada de nuestro enfado, nos ha invitado a que vayamos con vosotras. - Explicó Miriam.
- No me lo puedo creer, ¿y vosotras habéis aceptado? - Preguntó Sheila.
- Claro, ¿cómo nos íbamos a perder unas vacaciones así con nuestras mejores amigas? - prgeuntó Virginia irónica.
- Nosotras no queríamos, pero nuestras madres siguen siendo amigas de las vuestras, nos han obligado a venir. Pero tranquilas, las habitaciones, están separadas. Una de tres para vosotras, y la de dos para nosotras. - Dijo Miriam
- Yo no pienso viajar con vosotras. Nos vais a fastidiar las vacaciones, cómo lleváis haciendo este último año desde que discutimos. - Dijo Rebeca.
- No es nuestro mayor deseo tener que veros las caras durante las vacaciones, pero es lo que hay. Si nuestras madres se enteran, a saber qué es lo que preparan para que volvamos a hablarnos, y ninguna de nosotras cinco queremos que pase eso. - Dijo Virginia.
- Vale, pero con una condición, nada de malos royos, cada una por su lado. Nosotras no existimos para vosotras y vosotras no existís para nosotras. - Dijo Sheila.
- Hecho. Se acabó el juego. Pasado pisado. - Dijeron Miriam y Virginia
Las tres chicas se dieron la vuelta y se alejaron lo que pudieron de Miriam y Virginia, no querían tenerlas cerca. Diana sin poder contenerse, dijo susurrando:
- Malas arpías, todo esto lo hacéis para volver a hablaros con nosotras, cómo si no os conociéramos lo suficiente. A mí no me la dais. No va a haber malos royos, pero vais a intentar acercaros a nosotras.
- Diana, tranquila, lo que no saben es que vienen los chicos con nosotras. - Dijo Sheila.
- Es verdad y hablando de los reyes de Roma, por la puerta asoman. Ahí vienen.
Diana fue corriendo hacia Carlos y le dio un dulce beso que él no esperaba. Se saludaron todos y las chicas les explicaron lo que acababa de pasar. Ellos, alucinados, no paraban de mirar a Miriam y a Virginia, que hablaban entre ellas.
- Miriam, ¿qué vamos a hacer ahora?
- No sé, pero esto ha sido un golpe bajo. ¿No se supone que iban ellas solas?
- Sí, eso nos dijo su madre. ¿Qué hacen estos cinco aquí?
- Les vamos a tener que aguantar, y lo que habíamos pensado, senos va a hacer muy difícil conseguirlo.
- Todo por culpa de Manu. ¿Por qué todo el mundo nos deja de lado? Primero ellas, y ahora, Manu.
- Yo sigo sin entender lo de Manu, hemos sido idiotas creyendo que él nos ayudaría y estaría con nosotras. Cuándo ha conseguido lo que quería, nos ha dejado de lado.
Las chicas y los cinco chinos no pudieron evitar escuchar la conversación, y Diana se acercó a ellas:
- Siento interrumpir, ¿qué ha pasado con Manu?, es que desde los asientos en los que estamos no se escucha bien.
- Es una historia larga. 
- Tenemos tiempo, el avión llega con retraso.
- Manu estaba liado conmigo, pero lo dejamos cuándo pasó eso contigo. Se lió con Miriam, y cuándo se ha cansado de nosotras, nos ha dado la patada en el culo. - Explicó Viriginia
- Y queríamos pasar estas vacaciones con vosotras para pediros perdón, para ver si podíamos volver a ser las que eramos, peor ya hemos comprobado que vosotras tenéis acompañantes.
Los demás escuchaban atentos lo que les decía Diana.
- Ahora esperáis que yo, apenada por vuestra situación, diga que os podéis venir con nosotros, que no vais a estar solas y que os vamos a perdonar. Pero no siempre uno escucha lo que quiere oír y este es el caso en el que os vais a arrepentir de todo lo que habéis hecho. Estos cinco chicos, no nos dieron a elegir entre vosotras o ellos, nos han respetad en todo momento y jamás, han dicho algo que nos haya ofendido. ¿Qué piensas? ¿Qué os vamos a perdonar? No, lo siento, las cosas no son así. No os vamos a impedir que vayáis a pasar las vacaciones al mismo hotel, pero tened claro que no os queremos cerca. Os merecéis estar solas, para que comprobéis que habéis sido unas brujas con la gente. Y ahora, me voy con mis verdaderos amigos, los que me quieren y aprecian. Adiós.
Dicho esto, Diana se fue hacia el grupo de los demás y soltando un suspiro, dijo:
- Que a gusto me he quedado.

Las vacaciones empezaron. Los días los pasaban los ocho juntos, disfrutando de cada momento. Miriam y Virginia decidieron quedarse en Madrid, pasar las vacaciones ellas dos solas.
Los ocho, disfrutaban de las vacaciones, y los chicos, a escondidas de las chicas, preparaban la sorpresa que tenían para ellas, cuándo empezara el nuevo año, estaban dispuestos a enseñarlas lo que tenían pensado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario